jueves, 17 de noviembre de 2016

Florencio Maíllo reinterpreta El Jardín de las Delicias de El Bosco

Este año el Museo de Artes Decorativas de Madrid rindió su particular homenaje al Bosco con una exposición del pintor salmantino Florencio Maíllo (Mogarraz, Salamanca 1962).
En él el artista deconstruye el jardín en cinco ejes que tratan los temas del caballo, como fuerza pasional; el desnudo que refleja un mundo de eterna juventud, pleno de felicidad y placeres; las frutas asociadas a los placeres efímeros; las flores y plantas donde disfrutan los amantes que nos evocan fugacidad del tiempo; El agua, fuentes y estanques como lugares placenteros.
La técnica empleada se pierde en el tiempo. Es la encáustica, usada ya por los romanos en las pinturas de Pompeya, aunque se olvidó prácticamente hasta nuestros días, aunque hay algunos autores que la han recuperado como José María Sicilia  (Madrid 1954) y ahora Florencio Maillo.
Esta técnica consiste en aglutinar los pigmentos en cera de abeja en caliente. La apicultura es una de las actividades aldeanas esenciales de Mogarraz.
 El soporte de las pinturas es la chapa metálica reciclada, procedente de antiguos bidones que se usaban antiguamente para aislar las fachadas de las viviendas del pueblo natal del autor.
El metal es uno de los materiales preferidos de Maíllo, quien recupera con él sus más profundos recuerdos y raíces de su infancia, debido a la profesión de herrero de su progenitor. Los dibujos están realizados sobre celulosa. la obra se ensambla mediante la técnica del collage, incorporando el dibujo y la encáustica al metal.

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