lunes, 17 de octubre de 2016

LOS BÁRBAROS. Rogelio López Cuenca

En la sala Alcalá 31 de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid expone, del 16 de septiembre al  6 de noviembre,  el artista multidisciplinar Rogelio López Cuenca (Málaga 1959)
Bárbaros es el título general de la muestra.  El concepto parte del mundo romano y con él se  definía, de un modo despectivo, a todas aquellas gentes que habitaban fuera de las fronteras que diferían en cultura, costumbres y religiones de los habitantes del Imperio y éstos percibían como un peligro para su propia idiosincrasia y supervivencia.
López Cuenca traslada el concepto a la actualidad europea donde se  está acrecentando la xenofobia y el racismo ante la inmigración de refugiados de las distintas guerras que el capitalismo ha potenciado en distintos lugares del planeta (Siria es el ejemplo más destacado pero no el único) y la propia inmigración económica propiciada por la expoliación de recursos y materias primas por parte del capitalismo global.
La exposición consta de dos secciones unidas por el hilo conductor de la “oltredad” geográfica y étnica.
La primera se refiere de un modo crítico al rechazo de los europeos a la llegada de refugiados e inmigrantes. Utiliza elementos gráficos, multimedia y textuales para lanzarnos un mensaje sobre la Europa de los comerciantes que niega sus propios principios de acogida a los refugiados. Es significativa, en este sentido, la obra bandera en la que aparecen, en vez de estrellas de los países europeos miembros, los logos de las principales empresas europeas; el vídeo que relaciona los fusilamientos del  3 de mayo de Goya con una escena actual de igual violencia; o la instalación de dos monitores con una imagen del mar Mediterráneo donde contrapone el turismo masivo con la llegada de inmigrantes, para plasmar las contradicciones sociales y concluir que el mar en vez de unir, separa.
La segunda sección es el resultado del taller coordinado por el propio autor y Elo Vega y dirigido por Sergio Rubira, en la sala El Águila de la Comunidad de Madrid en mayo de 2016, cuyo resultado es una reflexión crítica del imperialismo español desde finales del siglo XV,  a través de las localizaciones visibles en la ciudad de Madrid, y la iconografía visual publicitaria de los siglos XX y XXI. Además de la plasmación gráfica en la sala, han editado un texto a modo de periódico, que pueden llevarse los visitantes de la exposición.


miércoles, 12 de octubre de 2016

MURAL DE JACKSON POLLOCK: LA ENERGÍA HECHA VISIBLE







Las navidades pasadas viajé a Berlín donde me encontré con la exposición del mural realizado por Jackson Pollock en 1943, en la sala Kunsthalle del Deutsche Bank situada en la avenida Unter der Linden.

Se considera que esta obra dio origen a la tendencia pictórica llamada Expresionismo Abstracto, nacida después de los desastres de la II Guerra Mundial en respuesta a las atrocidades cometidas por los hombres. Siguiendo las reflexiones desencadenadas por aquellos hechos, Theodor Adorno escribe en Crítica, Cultura y Sociedad (1951) "Kulturkritik findet sich der letzten Stufe der Dialektik von Kultur und Barbarei gegenüber: nach Auschwitz ein Gedicht zu schreiben, ist barbarisch, und das frißt auch die Erkenntnis an, die ausspricht, warum es unmöglich ward, heute Gedichte zu schreiben"( La crítica cultural se encuentra frente al  último escalón de la dialéctica de la cultura y barbarie: después de lo que pasó en el campo de Auschwitz es cosa barbárica escribir un poema, y este hecho corroe incluso el conocimiento que dice por qué se ha hecho hoy imposible escribir poesía (Traducción Manuel Sacristán) editorial Ariel. Barcelona 1962.) o como se ha transcrito sintéticamente "Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie "

Hacia 1945, el centro del arte pasa de Europa (París, Londres, Berlín están totalmente en ruinas) a Nueva York, donde la prosperidad económica de postguerra desencadena la demanda artística. Pero los pintores ya no son capaces de representar la belleza de la realidad ya que ha dejado de existir a causa de las atrocidades de la guerra, y sus obras se convierten en un aullido que representa la animalidad humana a través del acto mismo de la creación artística. Lo importante no es la copia de lo que nos rodea, sino la expresión de lo más profundo y emocional del ser humano a través del gesto, el toque, la pincelada irreflexiva o el propio goteo de la pintura, que en ningún caso puede reproducirse y que responde a un impulso único y efímero del acto pictórico. Todo ello se acabará llamando "action painting". En las obras resultantes estará condensado el carácter, el temperamento y  las emociones del artista, tanto de su peculiaridad única personal, como las circunstancias psíquicas por las que atraviesa en el instante de la creación pictórica.

El expresionista abstracto designa un tratamiento libre y rápido, masas que forman manchas y se confunden, ritmos largo y llamativos, colores contrapuestos, distribución y espesor desiguales de la pintura, trazos realzados con el pincel, la cuchilla, el dedo o un trapo" (Clement Greenberg)

 Jackson Pollock es uno de los creadores de esta tendencia.

Nació en 1912 en Cody, una ciudad de Wyoming  en una familia conflictiva que le llevará, junto con su carácter especial, a ser un inadaptado de la clase media a la que pertenecía y un dependiente del alcohol desde su temprana juventud. Ambos aspectos no solo le conducirán a la expresión desgarradora de su arte sino a ingresar periódicamente en clínicas psiquiátricas.

Su interés por el arte se produjo en 1928, cuando se matriculó en la Escuela Superior de Bellas Artes de los Ángeles, ciudad donde se había trasladado con su familia. Entró en contacto con la espiritualidad teosófica de Krishnamurti y con las ideas vanguardistas a través de los ambientes comunistas de la ciudad. No olvidemos que estas ideas eran predominantes entre los revolucionarios de los años 30. A través de ellos se interesó por el trabajo de los muralistas mexicanos Orozco, Rivera y Siqueiros y su colorido arte influido por las culturas indígenas mexicanas y a la vez el carácter comprometido y social que sus murales emanaban en torno a la revolución social y política y a representar  grupos sociales oprimidos dentro del esquema de lucha de clases.

Esta etapa acabó con una de sus recurrentes depresiones que le impulsó, acompañado por sus hermanos, a trasladarse a Nueva York donde estudió escultura con el artista Thomas Art Benton en la Art Students League. También siguió un curso impartido por Siqueiros en 1936. Su influencia técnica fue decisiva ya que el muralista incitaba a sus alumnos a usar nuevos materiales como barnices, pinturas industriales y arenas, rompiendo con los pigmentos de la pintura anterior. Además les animaba a dejar gotear la pintura en las obras y a producir salpicaduras, técnica que será primordial en el desarrollo artístico de Pollock.

Otra de las obras que influyeron en Pollock fue el Guernica de Picasso y sus bocetos preparatorios  que se expusieron a partir de 1940 en el MOMA de Nueva York. No solamente le llamó la atención el formato (un mural que no era en sentido estricto un mural) sino que realizó una serie de obras basadas en los personajes y bocetos de la obra.

A todo ello hay que unir la influencia surrealista por el automatismo que despojaba a la emoción de cualquier tipo de control racional. Pollock declaró "estoy particularmente impresionado por el concepto de los surrealistas del inconsciente como fuente del arte. Esta idea me interesa más de lo que hacen pintores específicos, entre los que no incluyo a los dos artistas que más admiro : Picasso y Miró"

Esta pasión por los murales, le llevan a solicitar en 1943 una beca a la fundación Guggenheim, en cuya petición admite su preferencia por el formato de mural " Creo que la pintura de caballete va a desaparecer como tal, y la tendencia del sentimiento moderno apunta hacia el fresco o el mural. Sin embargo me parece que la época aún no está madura para una transición total del caballete al mural. La pintura que quiero hacer podría constituir un camino intermedio, un intento de apuntar en la dirección del futuro, sin llegar a él completamente", Eso explica que  la obra que realizó, y que ahora nos ocupa, esté realizada en lienzo.

Su obra reflexiona sobre las relaciones ser humano-animal, el concepto de totemismo, la unión de contrarios, el recurso del arte precultural, el rechazo a la civilización responsable de la II Guerra Mundial, la transformación del pintor en  un chamán como en el arte prehistórico, que haga fluir el arte sin ningún control de la razón. El artista comenta "Yo trabajo como la naturaleza, desde adentro hacia afuera" no pretende copiarla sino entrar en simbiosis con ella.

En 1947, en la revista  Possibilities, Pollock  explica su procedimiento de creación pictórica

" Prefiero fijar el lienzo sin extender al duro suelo. Necesito la resistencia de una superficie dura. En el suelo me encuentro más que agusto. Me siento más cerca de la pintura, más parte de ella, ya que de esta forma puedo moverme alrededor del cuadro, trabajar desde los cuatro costados y literalmente "estar" en la obra. Es parecido al método por el cual los indios del Oeste pintaban sobre la aren. Cuando pinto no me preocupo de lo que estoy haciendo. Solo después de un breve periodo de toma de conocimiento veo lo que he hecho. No tengo miedo a hacer cambios, destruir la imagen ...porque el cuadro tiene vida propia. Intento que salga por sí mismo. Sólo cuando pierdo el contacto con la obra el resultado es un desastre. En caso contrario, es pura armonía, un fluido toma y daca y el cuadro sale bien"
El Mural ha viajado de Venecia a Berlín, de allí  al Museo Picasso de Málaga y terminará su gira en Londres