miércoles, 18 de enero de 2017

Arte parietal paleolítico


EL ORIGEN DEL ARTE

A lo largo de toda la Historia ha habido numerosos pensadores que han reflexionado sobre el origen del Arte, el por qué apareció en la vida de los seres humanos y qué aspectos exteriores a ellos pudieron influir en el inicio de la expresión artística.

Sin ánimo de pontificar, sino de expresar mi opinión, concibo el arte consustancial al nacimiento de la especie Homo sapiens sapiens, los hombres de nuestra especie que aparecieron en la tierra en torno a 100.000 años antes de nuestra era en un territorio de la actual Etiopía y fueron trasladándose hacia el continente europeo, donde ya están asentados hacia el 50.000, coincidiendo con los periodos cálidos y fríos de la última glaciación Würm del Pleistoceno superior.

El cerebro de los humanos de hace miles de años, no se diferencia en cuanto a estructura y posibilidad de cambios epigenéticos del nuestro, y en él existe la viabilidad de aprendizaje de diferentes lenguajes tanto gramaticales como simbólicos y de representación de la realidad. Es por ello que el arte fue una de las aptitudes cognitivas y expresivas del ser humano desde su origen. Los neurocientíficos identifican zonas próximas al área de Broca donde reside la capacidad del lenguaje, con el lugar donde reside la creación artística, que se trata, en todo caso, de un lenguaje más en el que están implicados el pensamiento lógico, y sobre todo el emocional y simbólico-abstracto.  

Tradicionalmente se consideraba que había un desfase entre la aparición del Homo sapiens sapiens con su capacidad de lenguaje (aproximadamente 100.000 años) y la aparición de las manifestaciones artísticas en el solutrense y magdaleniense en Europa, espacio geográfico en el que se ha estudiado (a partir de 35.000 años) por lo que el arte sería un aprendizaje evolutivo y no una capacidad innata de la humanidad. Pero parece que estas fechas van acercándose cada vez más ya que en Sudáfrica se han encontrado objetos ornamentales, piezas con grabados pintados con ocre datados en 70.000 años por lo que cada vez se va confirmándose la hipótesis de que la explosión artística del Paleolítico superior no sería fruto solo del aprendizaje sino de de las capacidades cerebrales de nuestra especie, unidas morfológicamente a la posibilidad del lenguaje. En ambas expresiones humanas hace falta poseer la facultad de abstracción y simbolismo complejo. Los paloantropólogos actuales cuentan con novedosas herramientas genéticas que explicarían la diversificación de los genes que pudieron dar lugar a ambos lenguajes, aunque hoy por hoy se trata de meras hipótesis que necesitan camino científico que recorrer.

Pero el arte paleolítico no respondió a un patrón mental meramente individual, sino al de todo el grupo social al que perteneció el artista que lo ejecutó, se organiza en un lenguaje simbólico que transmite mensajes reconocible para aquellos que  componían el grupo y nos habla de las formas de vida  y organización social de los grupos paleolíticos.


 CRONOLOGÍA
Etapas del Paleolítico superior y yacimientos artísticos en Francia



 Durante estas etapas tuvo lugar la última glaciación, denominada Würm, con al menos tres periodos alternantes, unos de un frío intenso en los que los casquetes polares avanzaron hasta regiones anteriormente tropicales, con otros de interglaciación en los que los casquetes retrocedieron hacia el norte y el clima fue más templado y húmedo. Por ello el arte se desarrolla en cuevas, durante los periodos más fríos y en abrigos rocosos y junto a los ríos en los periodos más cálidos.

Además del arte parietal, surge el arte mobiliar con pequeñas figuritas de mujeres consideradas diosas de la fertilidad que son comunes desde el Auriñaciense, como las Venus de Willendorf o la de Lausell y numerosas piezas de arte sobre hueso, asta y madera, que analizaremos en otra entrada.



Yacimientos del paleolítico superior

Yacimientos paleolíticos peninsulares. En la cornisa cantábrica hay más de 120

En ambos periodos, los hombres y mujeres vivían en grupo practicando un nomadismo estacional en función de los recursos, ya que los yacimientos en las cuevas implican una ocupación discontinua de miles de años, posiblemente seguían la itinerancia de sus presas, que en épocas más templadas se componían de ciervos, caballos y uros, y en épocas más frías de bisontes, caballos,  renos  osos o mamuts. Para enfrentarse a la mayoría de los animales necesitaban una organización social compleja para acorralarlos y en algunos casos despeñarlos, y en otros atacarlos fundamentalmente con lanzas. En el periodo Solutrense son características las puntas de lanza en forma de hoja de laurel. También eran cazados pequeños animales como zorros, conejos, roedores y felinos, que conllevaría un menor esfuerzo colectivo. La caza de animales formaba no solo parte esencial de la dieta del homo sapiens sapiens sino que eliminaba  depredadores de la especie especialmente peligrosos. La dieta carnívora está documentada no solo por la representación parietal de los animales cazados, sino en la gran cantidad de restos que aparecen en depósitos en los yacimientos que formaron parte de su lugar de habitación. A ella se une una dieta omnívora recolectora de frutos y bayas silvestres, así como huevos de distintas  aves.

Su forma de vida sugiere una cierta diversificación de tareas, ya que las mujeres embarazadas y con crías pequeñas no podrían formar parte de las violentas actividades cazadoras y posiblemente fueran ellas las que realizaran la industria lítica, los útiles sobre piedra que se convertían en armas o herramientas con distintos usos,  e incluso el arte, al disponer de más tiempo libre y permanecer en los lugares de habitación. Podría apoyar esta hipótesis la realización de esculturas, llamadas "venus" que representan a diosas de la fertilidad, con los caracteres sexuales muy marcados, cuyas sacerdotisas serían evidentemente mujeres, e incluso serían ellas quienes conocían mejor la anatomía femenina que está reflejada en las estatuillas. Una representación de arte parietal que abundaría en esa realización femenina es la representación del sexo femenino en algunas cuevas como en la de Tito Bustillo y la cantidad de improntas de manos en negativo y positivo que pueden pertenecer a manos de mujer por su tamaño y por la falta de deformaciones que tendrían si hubieran sido manos de hombre con callos producidos por empuñar armas pesadas con fuerza o útiles de piedra para despiezar la caza. Esta hipótesis fue refrendada por el arqueólogo Dean Snow, que trabajó, ya que ahora es emérito, en la universidad americana de Pensilvanya donde dirigió del departamento de antropología, quien analizó la longitud de los dedos de las improntas de las manos  en las cuevas del Castillo en Cantabria, y Gargas (Pirineos franceses) y Pech Merle (Departamento de Lot Francia) en Francia, usando un algoritmo, con el que concluyó que 24 de las 32 manos analizadas pertenecían  a mujeres y por tanto fueron realizadas por mujeres .
Venus de Willendorf

Panel de las vulvas. Cueva de Tito Bustillo (Ribadesella,  Asturias)

Manos en negativo. Técnica de soplado. Contorno de bóvido en amarillo. Cueva del Castillo. Periodo Auriñaciense 40.000 años  (Puenteviesgo, Cantabria)


El arte parietal recibe ese nombre del soporte donde se realiza, las paredes de las cuevas, abrigos y estaciones arqueológicas. No son figuras que pueden apreciarse a simple vista, ya que se aprovechan los lugares más recónditos de las cuevas y en lugares de difícil acceso, a veces a una altura considerable, lo que conlleva la creación de andamios, teas y medios técnicos para llevarlos a cabo. Según las interpretaciones tradicionales, no se trata de una mera representación de la realidad, de los animales que compartían ecosistema con los humanos, sino que tendrían un carácter simbólico-mágico de propiciar la caza con la representación de las distintas especies en una actividad no exenta de riesgos, o bien, como se ha intentado explicar en otras ocasiones, tendrían un contenido simbólico sexual, dándole un valor a cada especie que en este caso propiciaría la reproducción animal para que no faltara el sustento al grupo humano.  Se trataría, por tanto, de auténticos santuarios. Junto a la representación de figuras de animales, que son individuales y no forman en escenas e incluso se superponen unas a otras con una cronología a veces de cientos o miles de años diversa, también se representan ideomorfos, flechas, puntas, líneas, de significado ignoto pero ciertamente simbólico, conceptual y abstracto, y las manos en positivo y negativo, que no son pinturas en el sentido estricto, sino improntas.
Prospección de la cueva de Lascaux en Francia cuando se descubrió en 1940

Lascaux en la actualidad, solo para especialistas aunque existe una copia exacta de la cueva que es visitable.



Los temas de animales son esenciales en todos los periodos. En la Península Ibérica dominan las pinturas y grabados en la cornisa cantábrica, con más de 120 yacimientos entre cuevas, abrigos y paneles; en las cuencas de los ríos del interior como las estaciones de Siega Verde o de Foz Coa  en distintos ríos de la Cuenca del Duero;  en cuevas como la de Maltravieso (Cáceres) Los Casares (Guadalajara) o la Pileta (Málaga) entre otros.

Según  Nerea Gálvez Lavin en su tesis doctoral "la construcción de la figura animal en el arte rupestre paleolítico de la región cantábrica" presentada en la Universidad de Cantabria en 2016, quien ha valorado 1741 figuras,  de las cuales 1672 son animales, 69 manos y 81 ideomorfos en 116 cuevas, la representación mayoritaria es de cérvidos con un 30%. De las más de 400 figuras de Ciervos, 335 fueron consideradas ciervas frente a 129 ciervos, en base a sus cornamentas. Le siguen en la estadística los caballos, similares a los que existen hoy en día en Mongolia, las cabras con un 10% de las representaciones y los bisontes y uros representados en diversas actitudes, como podemos observar en la cueva de Altamira. Los animales representados más minoritarios en la cornisa cantábrica, son el Mamut, con cinco representaciones y dos de rinocerontes lanudos, lo cual es lógico si se tiene en cuenta el cambio brusco de su habitat de glaciación a clima más cálido que provocó su traslado más hacia el norte a medida que el clima iba templándose, siendo bastante más común su representación en los yacimientos franceses.

 
Mamut en la cueva de Rouffignac (Francia)


 Otras representaciones minoritarias son los jabalíes, los osos, lobos, zorros, félidos como el león de las cavernas, especie también extinguida al final del pleistoceno. Es común la representación de animales pisciformes, no olvidemos que en el periodo Magdaleniense la pesca es una actividad depredadora esencial, como hemos señalado por la abundancia de arpones sobre hueso. En la cornisa cantábrica, 23 de las imágenes corresponden a estos animales.
Bisontes de Altamira (Cantabria)

La composición no es homogénea. La mayoría son representaciones completas sobre todo de bóvidos o caballos, pero hay otras muchas que de las que solo se representan partes, por ejemplo la cabeza y la crin de los caballos, a veces solo las patas traseras o la mayoría de los cérvidos incompletos. El bisonte se presentaba como el tema animal más complejo, un grupo de temas situados en la parte intermedia -ciervo, reno, cierva y caballo-, y la cabra y el uro como los más simples técnicamente.
Cueva de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias)
La impronta de las manos, que aparecen en varias cuevas, son mayoritariamente de la mano izquierda y realizadas en negativo mediante la técnica del soplado. Existen algunas representaciones antropomórficas a veces con la cabeza de animal.

En cuanto a las técnicas, existen distintos tipos de grabados de línea única, realizados con un solo trazo, los de línea repetida aplicada en el contorno, todos ellos incisos, el estriado aplicado tanto al interior como en el interior, el rayado se caracterizaría por la existencia de varias líneas continuas e independientes unas de otras en su factura, en un resultado mucho más prieto de lo que puede ser el estriado el raspado, y el repiqueteado. El grabado es la técnica más usada para la representación de animales.

Panel de grabados en Foz Coa (Portugal)





Bóvido. Estación arqueológica de Siega Verde (Villar de Yegua, Salamanca).
Las técnicas pictóricas son pinturas de trazo continuo fino y grueso tanto en los contornos como en el interior más bien ancho con el que se intenta modelar y dar volumen a diversas partes del animal, pinturas de trazo tamponado, que es la línea que se obtiene por la sucesión de puntos próximo y se realiza con el pigmento disuelto en un líquido, las pinturas de tinta plana que recubre total o parcialmente el interior de la composición; y el soplado que se proyecta sobre el soporte por medio de cañas huecas o a partir de recipientes. Mientras que en las estaciones francesas se usa este procedimiento para realizar representaciones de animales, en la cornisa cantábrica solamente se usa para las impronta de manos y representación de puntos. Los colores más usados son el negro, sobre todo para los contornos, y el rojo esencialmente para el interior de los animales, aunque aparecen también el amarillo, el marrón, estos tres extraídos del ocre,  y el violeta.
Para concluir, podemos afirmar que queda mucho recorrido por conocer nuevos yacimientos en toda Europa e incluso en África que nos desvelen el origen cronológico del arte y su relación con la evolución genética del cerebro humano, que nos ayuden a comprender el significado último de las manifestaciones artísticas, el tipo de sociedad que las creó y el papel de las mujeres en su ejecución.







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