EL ORIGEN
DEL ARTE
A lo largo
de toda la Historia ha habido numerosos pensadores que han reflexionado sobre
el origen del Arte, el por qué apareció en la vida de los seres humanos y qué
aspectos exteriores a ellos pudieron influir en el inicio de la expresión
artística.
Sin ánimo de
pontificar, sino de expresar mi opinión, concibo el arte consustancial al
nacimiento de la especie Homo sapiens sapiens, los hombres de nuestra especie
que aparecieron en la tierra en torno a 100.000 años antes de nuestra era en un
territorio de la actual Etiopía y fueron trasladándose hacia el continente
europeo, donde ya están asentados hacia el 50.000, coincidiendo con los
periodos cálidos y fríos de la última glaciación Würm del Pleistoceno superior.
El cerebro
de los humanos de hace miles de años, no se diferencia en cuanto a estructura y
posibilidad de cambios epigenéticos del nuestro, y en él existe la viabilidad de
aprendizaje de diferentes lenguajes tanto gramaticales como simbólicos y de
representación de la realidad. Es por ello que el arte fue una de las aptitudes
cognitivas y expresivas del ser humano desde su origen. Los neurocientíficos
identifican zonas próximas al área de Broca donde reside la capacidad del
lenguaje, con el lugar donde reside la creación artística, que se trata, en
todo caso, de un lenguaje más en el que están implicados el pensamiento lógico,
y sobre todo el emocional y simbólico-abstracto.
Tradicionalmente
se consideraba que había un desfase entre la aparición del Homo sapiens sapiens
con su capacidad de lenguaje (aproximadamente 100.000 años) y la aparición de
las manifestaciones artísticas en el solutrense y magdaleniense en Europa, espacio geográfico en el que se ha estudiado (a partir de
35.000 años) por lo que el arte sería un aprendizaje evolutivo y no una
capacidad innata de la humanidad. Pero parece que estas fechas van acercándose
cada vez más ya que en Sudáfrica se han encontrado objetos ornamentales, piezas
con grabados pintados con ocre datados en 70.000 años por lo que cada vez se va
confirmándose la hipótesis de que la explosión artística del Paleolítico superior
no sería fruto solo del aprendizaje sino de de las capacidades cerebrales de
nuestra especie, unidas morfológicamente a la posibilidad del lenguaje. En
ambas expresiones humanas hace falta poseer la facultad de abstracción y
simbolismo complejo. Los paloantropólogos actuales cuentan con novedosas
herramientas genéticas que explicarían la diversificación de los genes que
pudieron dar lugar a ambos lenguajes, aunque hoy por hoy se trata de meras
hipótesis que necesitan camino científico que recorrer.
Pero el arte
paleolítico no respondió a un patrón mental meramente individual, sino al de
todo el grupo social al que perteneció el artista que lo ejecutó, se organiza
en un lenguaje simbólico que transmite mensajes reconocible para aquellos que componían el grupo y nos habla de las formas
de vida y organización social de los
grupos paleolíticos.
CRONOLOGÍA
Etapas del Paleolítico superior y yacimientos artísticos en Francia |
Durante estas etapas tuvo lugar la última glaciación, denominada
Würm, con al menos tres periodos alternantes, unos de un frío
intenso en los que los casquetes polares avanzaron hasta regiones anteriormente tropicales,
con otros de interglaciación en los que los casquetes retrocedieron hacia el norte y el clima fue más templado y húmedo. Por
ello el arte se desarrolla en cuevas, durante los periodos más fríos y en
abrigos rocosos y junto a los ríos en los periodos más cálidos.
Además del
arte parietal, surge el arte mobiliar con pequeñas
figuritas de mujeres consideradas diosas de la fertilidad que son comunes desde
el Auriñaciense, como las Venus de Willendorf o la de Lausell y numerosas piezas de arte sobre hueso, asta y madera, que analizaremos en otra entrada.
Yacimientos del paleolítico superior |
Yacimientos paleolíticos peninsulares. En la cornisa cantábrica hay más de 120 |
En ambos
periodos, los hombres y mujeres vivían en grupo practicando un nomadismo
estacional en función de los recursos, ya que los yacimientos en las cuevas
implican una ocupación discontinua de miles de años, posiblemente seguían la
itinerancia de sus presas, que en épocas más templadas se componían de ciervos,
caballos y uros, y en épocas más frías de bisontes, caballos, renos osos o mamuts. Para enfrentarse a la mayoría
de los animales necesitaban una organización social compleja para acorralarlos
y en algunos casos despeñarlos, y en otros atacarlos fundamentalmente con
lanzas. En el periodo Solutrense son características las puntas de lanza en
forma de hoja de laurel. También eran cazados pequeños animales como zorros, conejos,
roedores y felinos, que conllevaría un menor esfuerzo colectivo. La caza de animales formaba no solo parte esencial de la dieta del homo sapiens sapiens sino que eliminaba depredadores de la especie especialmente peligrosos. La dieta
carnívora está documentada no solo por la representación parietal de los
animales cazados, sino en la gran cantidad de restos que aparecen en depósitos
en los yacimientos que formaron parte de su lugar de habitación. A ella se une
una dieta omnívora recolectora de frutos y bayas silvestres, así como huevos de
distintas aves.
Su forma de
vida sugiere una cierta diversificación de tareas, ya que las mujeres
embarazadas y con crías pequeñas no podrían formar parte de las violentas actividades
cazadoras y posiblemente fueran ellas las que realizaran la industria lítica, los útiles sobre piedra que se convertían en armas o herramientas con distintos usos, e
incluso el arte, al disponer de más tiempo libre y permanecer en los lugares
de habitación. Podría apoyar esta hipótesis la realización de esculturas,
llamadas "venus" que representan a diosas de la fertilidad, con los
caracteres sexuales muy marcados, cuyas sacerdotisas serían evidentemente
mujeres, e incluso serían ellas quienes conocían mejor la anatomía femenina que
está reflejada en las estatuillas. Una representación de arte parietal que
abundaría en esa realización femenina es la representación del sexo femenino en
algunas cuevas como en la de Tito Bustillo y la cantidad de improntas de manos
en negativo y positivo que pueden pertenecer a manos de mujer por su tamaño y
por la falta de deformaciones que tendrían si hubieran sido manos de hombre con
callos producidos por empuñar armas pesadas con fuerza o útiles de piedra para
despiezar la caza. Esta hipótesis fue refrendada por el arqueólogo Dean Snow, que trabajó, ya que ahora es emérito, en la universidad americana de Pensilvanya donde dirigió del departamento de antropología, quien analizó la longitud de los dedos de las improntas de las manos en las cuevas del Castillo en Cantabria, y Gargas (Pirineos franceses) y Pech Merle (Departamento de Lot Francia) en Francia, usando un algoritmo, con el que concluyó que 24 de las 32 manos analizadas pertenecían a mujeres y por tanto fueron realizadas por mujeres .
Venus de Willendorf
Panel de las vulvas. Cueva de Tito Bustillo
(Ribadesella, Asturias)
El arte parietal recibe ese nombre del soporte donde
se realiza, las paredes de las cuevas, abrigos y estaciones arqueológicas. No son figuras que pueden apreciarse a
simple vista, ya que se aprovechan los lugares más recónditos de las cuevas y
en lugares de difícil acceso, a veces a una altura considerable, lo que
conlleva la creación de andamios, teas y medios técnicos para llevarlos a cabo.
Según las interpretaciones tradicionales, no se trata de una mera
representación de la realidad, de los animales que compartían ecosistema con
los humanos, sino que tendrían un carácter simbólico-mágico de propiciar la
caza con la representación de las distintas especies en una actividad no exenta
de riesgos, o bien, como se ha intentado explicar en otras ocasiones, tendrían un
contenido simbólico sexual, dándole un valor a cada especie que en este caso propiciaría la reproducción
animal para que no faltara el sustento al grupo humano. Se trataría, por tanto, de auténticos santuarios. Junto a la
representación de figuras de animales, que son individuales y no forman en
escenas e incluso se superponen unas a otras con una cronología a
veces de cientos o miles de años diversa, también se representan ideomorfos, flechas,
puntas, líneas, de significado ignoto pero ciertamente simbólico, conceptual y
abstracto, y las manos en positivo y negativo, que no son pinturas en el
sentido estricto, sino improntas.
Prospección de la cueva de Lascaux en
Francia cuando se descubrió en 1940
Lascaux en la actualidad, solo para especialistas aunque existe una copia exacta de la cueva que es visitable.
Los temas de animales son esenciales en todos los periodos.
En la Península Ibérica dominan las pinturas y grabados en la cornisa cantábrica, con más de 120 yacimientos
entre cuevas, abrigos y paneles; en las cuencas de los ríos del interior como las
estaciones de Siega Verde o de Foz Coa en
distintos ríos de la Cuenca del Duero; en cuevas como la de Maltravieso (Cáceres) Los Casares (Guadalajara)
o la Pileta (Málaga) entre otros.
Según Nerea Gálvez Lavin en su tesis doctoral
"la construcción de la figura animal
en el arte rupestre paleolítico de la región cantábrica" presentada en
la Universidad de Cantabria en 2016, quien ha valorado 1741 figuras, de las
cuales 1672 son animales, 69 manos y 81 ideomorfos en 116 cuevas, la
representación mayoritaria es de cérvidos con un 30%. De las más de 400
figuras de Ciervos, 335 fueron consideradas ciervas frente a 129 ciervos, en
base a sus cornamentas. Le siguen en la estadística los caballos, similares a
los que existen hoy en día en Mongolia, las cabras con un 10% de las
representaciones y los bisontes y uros representados en diversas actitudes,
como podemos observar en la cueva de Altamira. Los animales representados más
minoritarios en la cornisa cantábrica, son el Mamut, con cinco representaciones
y dos de rinocerontes lanudos, lo cual es lógico si se tiene en cuenta el
cambio brusco de su habitat de glaciación a clima más cálido que provocó su
traslado más hacia el norte a medida que el clima iba templándose, siendo
bastante más común su representación en los yacimientos franceses.
Otras
representaciones minoritarias son los jabalíes, los osos, lobos, zorros,
félidos como el león de las cavernas, especie también extinguida al final del
pleistoceno. Es común la representación de animales pisciformes, no olvidemos
que en el periodo Magdaleniense la pesca es una actividad depredadora esencial,
como hemos señalado por la abundancia de arpones sobre hueso. En la cornisa
cantábrica, 23 de las imágenes corresponden a estos animales.
Bisontes de Altamira (Cantabria) |
La
composición no es homogénea. La mayoría son representaciones completas sobre
todo de bóvidos o caballos, pero hay otras muchas que de las que solo se
representan partes, por ejemplo la cabeza y la crin de los caballos, a veces
solo las patas traseras o la mayoría de los cérvidos incompletos. El bisonte se
presentaba como el tema animal más complejo, un grupo de temas situados en la
parte intermedia -ciervo, reno, cierva y caballo-, y la cabra y el uro como los
más simples técnicamente.
Cueva de Tito Bustillo (Ribadesella, Asturias) |
La impronta de
las manos, que aparecen en varias cuevas, son mayoritariamente de la mano
izquierda y realizadas en negativo mediante la técnica del soplado. Existen
algunas representaciones antropomórficas a veces con la cabeza de animal.
En cuanto a
las técnicas, existen distintos tipos de grabados de línea única, realizados
con un solo trazo, los de línea repetida aplicada en el contorno, todos ellos
incisos, el estriado aplicado tanto al interior como en el interior, el rayado
se caracterizaría por la existencia de varias líneas continuas e independientes
unas de otras en su factura, en un resultado mucho más prieto de lo que puede
ser el estriado el raspado, y el repiqueteado. El grabado es la técnica más
usada para la representación de animales.
Panel de grabados en Foz Coa (Portugal) |
Bóvido. Estación arqueológica de Siega Verde (Villar de Yegua, Salamanca). |
Las técnicas
pictóricas son pinturas de trazo continuo fino y grueso tanto en los contornos
como en el interior más bien ancho con el que se intenta modelar y dar volumen
a diversas partes del animal, pinturas de trazo tamponado, que es la línea que
se obtiene por la sucesión de puntos próximo y se realiza con el pigmento
disuelto en un líquido, las pinturas de tinta plana que recubre total o
parcialmente el interior de la composición; y el soplado que se proyecta
sobre el soporte por medio de cañas huecas o a partir de recipientes. Mientras
que en las estaciones francesas se usa este procedimiento para realizar representaciones
de animales, en la cornisa cantábrica solamente se usa para las impronta de
manos y representación de puntos. Los colores más usados son el negro, sobre todo para los
contornos, y el rojo esencialmente para el interior de los animales, aunque
aparecen también el amarillo, el marrón, estos tres extraídos del ocre, y el violeta.
Para concluir, podemos afirmar que queda mucho recorrido por conocer nuevos yacimientos en toda Europa e incluso en África que nos desvelen el origen cronológico del arte y su relación con la evolución genética del cerebro humano, que nos ayuden a comprender el significado último de las manifestaciones artísticas, el tipo de sociedad que las creó y el papel de las mujeres en su ejecución.
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