sábado, 31 de diciembre de 2016

Francis Bacon en Bilbao

Francis Bacon 1952 por John Deakin.


Francis Bacon: de Picasso a Velázquez. Museo Guggenheim Bilbao

La exposición temporal del Museo Guggenheim de Bilbao acoge 40 pinturas del autor donde se vislumbran, entre otras influencias, las decisivas de Picasso y Velázquez.

De Picasso el propio Bacon comentó "Picasso abrió la puerta a todos esos sistemas nuevos. To he tratado de poner mi pie en esa puert abierta para que no se cerrara. Picasso pertenece a ese linaje de genios del que forman parte Rembrandt, Miguel Ángel, Van Gogh y sobre todo Velázquez"

En esta exposición podemos admirar la influencia de todos ellos en la pintura del pintor que siguió fiel a la figuración, eso sí muy expresiva, en una época, la posterior a la II Guerra Mundial, que la mayoría de autores apostó por el lenguaje abstracto.

Su figuración, no obstante es de una expresividad casi conceptual. Cuando se le critica que sus cuadros son tumefactos, sanguinolentos y siguen una estética de la "fealdad", Bacon responde que su obra tiene que ver con la vida, con el paso del tiempo y con la realidad ¿acaso no somos cuerpo con masa muscular, sangre y vísceras? ¿acaso nuestra vida no se compone de sufrimiento mental reflejado en sufrimiento físico? ¿no nacemos, vivimos y morimos en soledad? Él pone el ejemplo de la rosa, que es hermosa, pero que acaba deshidratada, sin hojas cuando pasa el tiempo y muere. Esa evolución se plasma de un modo tangible en sus obras. Para ello se ve influenciado durante toda su vida por un icono de la Historia del Arte: el tema de la crucifixión, que representa una y otra vez, totalmente distorsionado en sus trípticos: el cuerpo vapuleado, tumefacto y doloroso de Cristo se convierte en despojo humano solitario,  tirado en un camastro y acaba siendo el "Buey desollado" de Rembrandt. "Yo creo que el arte es una obsesión de vida y, después de todo, dado que somos seres humanos, nuestra mayor obsesión somos nosotros mismos" comenta Bacon sobre sus representaciones de cuerpos humanos dolientes.



Rembrandt El Buey desollado                                                        Inocencio X


Sus personajes aparecen limitados en cubos o en jaulas, como son los límites humanos de la vida, reflejando la vulnerabilidad humana "Yo reduzco la escala del lienzo pintando esos rectángulos que concentran la imagen para verla mejor" Es su explicación de los límites. Estos seres, con clara influencia de las deformaciones expresivas de El Greco, retorcidos y con mucho movimiento,  reflejan un carácter animal, de fiereza superior a la de muchos animales salvajes. En esta línea se enmarcan las múltiples versiones que en los años 40 hizo del cuadro de Inocencio X de Velázquez, que conocía a través de reproducciones que conservaba en su estudio. Refleja la brutalidad humana que se puso de manifiesto tras el descubrimiento de los campos de concentración nazis y el conocimiento de las brutalidades de  la II Guerra Mundial.





Tríptico dedicado a Lucian Freud (1969)

A partir de 1951 Bacon realiza retratos de personajes conocidos, normalmente amigos suyos, como el pintor Lucian Freud, cuya obra tiene mucho que ver con el propio expresionismo de Bacon. La mayoría no fueron encargos, sino obras en las que el pintor transmite su relación con ellos captando la representación de sus relaciones de amistad. Estos retratos tiene una gran influencia de los retratos de Velázquez y fueron realizados a partir de fotografías que hizo su autor en su estudio. Son retratos en los que la deformación sugiere un mayor realismo, a pesar de estar alejados de la literalidad descriptiva. A partir de los 70, influenciado por Rembrandt, quien realizó más de trescientos autorretratos, realiza 29 autorretratos de pequeño formato que, como Rembrandt, le sirven de reflexión introspectiva sobre su ser y el transcurrir del tiempo. "En los retratos uno introduce cosas tales como oídos y ojos. Sin embargo, le gustaría introducirlos del modo más irracional posible, y la única razón de esta irracionalidad es que, si aflora, trae la fuerza de la imagen con mucha mayor intensidad que si uno sencillamente se sienta y representa la apariencia" Comenta Bacon sobre estas obras.
                                         Autorretrato

 

La relación de Bacon con España no solo se materializa por las influencias de los pintores españoles como El Greco, Ribera, Velázquez, Goya o Picasso, sino que visita el país continuamente durante los últimos años de su vida, entre otros motivos, porque su amante español vive en Madrid, lugar donde murió en 1992. Pero la influencia cultural española va más allá, Lorca es uno de sus poetas preferidos y tomando como referencia el verso "A las cinco de la tarde" y las dos o tres corridas de toros a las que asistió, pintó una serie de obras sobre la tauromaquia, influido por Goya, tema que reflejaba perfectamente sus inquietudes vitales: la lucha contra la fiereza animal, como una lucha interna del hombre con su propio ser salvaje, el movimiento extremo y casi irracional de la lucha que tiene lugar en el ruedo, el cuerpo expuesto al sufrimiento, la tumefacción, la sangre del toro y a veces del torero empapando la arena, la lucha por la vida y al final la muerte del perdedor en la corrida.
Estudio para corrida de toros (1969)


No hay comentarios:

Publicar un comentario